Desde siempre, siendo muy niño, me entretenía haciendo cosas con las manos: espadas, arcos, disfraces con papel de seda, pintando con “colorines” o con tizas de colores, “guiscando” con la navajilla de mi padre, montando el belén…y un sinfín de cosas; además, como crio y preadolescente se me ocurrían ideas peregrinas sin sentido, acoplando inventos con los cachivaches que me encontraba. Lo que me ocasionó más de un zapatillazo.
Un poco más adelante, ya en la pubertad, me dio por escribir historietas de aventuras y cuentos policiacos que inventaba sobre la marcha, no sabiendo muchas veces como terminarlos porque hasta yo mismo perdía el hilo ¡Qué lástima que en casa no guardáramos nada de aquello!
Ya mayorcico, terminados los estudios, tuve épocas de creación más seria, pero siempre siguiendo mi intuición y con la maña que la naturaleza me dio, sin otros profesores que los del bachiller. Hasta que esa actividad se acabó, no sé por qué.
De esta última etapa sí que he guardado algunas cosas: dibujos, acuarelas, oleos, acrílicos, tintas, en lo tocante a la pintura, y microrrelatos, ripios, cuentos o poesías en el aspecto literario. Por ello se me ha ocurrido juntar 46 de esos poemas y varias pinturas, construyendo lo que tenemos aquí: una creación mixta de ambas actividades creativas, sin otro interés que la posibilidad de disfrutar leyendo y viendo